INTERVENCIÓN de
CONSTANZA NUMHAUSER
23 de febrero 2013
En las reuniones de RHIPNA (
Red Hispanohablante de Psicoanálisis con Niños y Adolescentes)
EL AUTISMO Y EL TRABAJO
INSTITUCIONAL
DESCRIPCIÓN GENERAL DE LA INSTITUCIÓN.
En esta oportunidad hablaré del trabajo que se realiza en una
institución en la cual llevo algún tiempo trabajando.
La institución posee cuatro
servicios, el colegio, los talleres, un piso tutelado y la residencia. El
trabajo que se lleva a cabo se realiza tanto con niños como con adultos de
diferentes características, sin embargo el denominador común es un diagnóstico
de autismo, junto a otras
patologías orgánicas en algunos casos.
Particularmente en la residencia, trabajamos con pacientes bastante comprometidos
por la enfermedad, que requieren de un apoyo constante para el manejo de las emociones, la regulación y
expresión de sus deseos, frustraciones y sus conductas, así como para
desarrollar vías de comunicación alternativas en algunos casos.
Sus particulares
características y sintomatologías, como las dificultades familiares han hecho que sus familias no hayan tenido
los recursos o las herramientas para seguir con ellos. Así la residencia se
transforma en su nueva casa, donde pasan la mayor parte del tiempo, junto a sus
compañeros y a los educadores.
Espacialmente el lugar se encuentra dividido en tres módulos, uno de niños, y dos de adultos,
separados según el grado de autonomía y de compromiso de la enfermedad que los
pacientes poseen.
Ahora bien, el trabajo que se realiza dentro de la residencia, se
encuentra dividido en cuatro franjas horarias donde trabajan cuatro educadores en cada turno. Así de lunes a viernes, existe
el turno de mañana y tarde, (donde llevan a cabo una serie de talleres) el
turno de fin de semana (enfocado principalmente al tiempo libre) y el de noches
(que resguarda la integridad física y psíquica de los chicos durante este
periodo).
Sin contar al equipo de dirección, coordinación, cocina y limpieza, la
institución consta de 36 pacientes y 48 profesionales que realizan atención
directa. En relación a las características de los educadores, los equipos son
más o menos estables, al ser personas de referencia y tutores, lo cual dota de
continuidad a los pacientes. De este modo se les entrega a los chicos un grupo humano con
características más o menos estables que ofrece una rutina similar todos los
días del año. Sin embargo es interesante decir, que a pesar de la estabilidad
que pueden entregar las mismas personas que trabajan en el servicio, ellas también dotan a los días de diferencias (en
términos de la subjetividad de los educadores y sus consiguientes equipos) en relación al modo de hacer y gestionar
tanto las actividades como las dificultades que pueden ir surgiendo a lo largo
del día. Sin embargo, todos de un
modo u otro, direccionan sus intervenciones desde un ámbito que potencie la
educación, tanto en términos de desarrollar vías de comunicación,
auto-regulación, control de
impulsos, contención de las
ansiedades, deseos y necesidades, así como la autonomía de los pacientes.
Ahora bien, me gustaría destacar que para hablar de institución y
problematizar la idea del efecto que ésta genera en sus habitantes, haré una pequeña
referencia a dos casos clínicos, digo pequeña porque más que nada me interesa
destacar en términos generales la
evolución que están o han experimentado los pacientes, ya que mi interés
principal es alzar preguntas sobre el cómo y el por qué la institución genera efectos tanto educativos como terapéuticos en
los pacientes.
Luego de un recorrido de aproximadamente un año por la institución he tenido la oportunidad de ver, desde la
distancia y desde la rotación por los distintos espacios y momentos de trabajo,
el movimiento y la evolución que algunos niños y adultos han dado desde su
llegada a la institución. Independientemente del particular procesos de adaptación
necesario que se pone en juego en todos
los pacientes.
Recuerdo haber trabajado casi a su llegada con un niño, que lleva algo
más de un año en la institución.
En relación a sus características, podría decir que tenía una ausencia del lenguaje, aunque
verbalizaba algunos neologismos. En términos comportamentales poseía constantes
explosiones de ansiedad que se
traducían en unos fuertes movimientos y golpes hacia el otro, para luego volver
a momentos de tranquilidad. Estas actitudes generaban mucha confusión y angustia,
tanto para él y sus compañeros
como para el equipo. Ya que a la vez ponían en riesgo su integridad física. Ahora con el paso del
tiempo, y viéndolo en retrospectiva ha existido un gran movimiento en este
niño. Estas irrupciones de angustia y de movimiento han bajado considerablemente y han dado paso a que aparezca
un niño dulce y servicial capaz de expresar su angustia y ansiedad con algunas
palabras que ha ido adquiriendo, al paso que el mismo se genera autocontrol.
En este sentido, ¿Será posible pensar que la extrema angustia que
experimentan los sujetos con autismo, al ser contenida posibilita dar paso a
otras adquisiciones? Y también, ¿Qué es lo que genero este movimiento? ¿Qué es lo terapéutico y educativo?
Otro paciente que destaco, y que posee algún aspecto similar con el
anterior, aunque es radicalmente distinto. Es un chico que ha entrado a la
institución hace aproximadamente un año. Posee un lenguaje adquirido aunque
hace uso de éste generalmente para expresar, por medio de frases repetitivas o
palabras sueltas, elementos que
guardan relación con su historia familiar.
Este chico experimenta altos grados de ansiedad, los cuales se traducen
en insomnio, inquietud motora donde no deja de deambular por el espacio lo cual
va acompañado con un lenguaje muy repetitivo, expresando un alto grado de
confusión mental. También posee fuertes crisis de agresividad y de violencia.
Sin embargo, desde su llegada a la institución hasta ahora es capaz de ir participando poco a poco y
durante cortos periodos de tiempo de las diferentes actividades y talleres que
realizan sus compañeros, logrando paulatinamente tolerar la presencia de los
demás. Trabajo antes imposible.
Este caso en particular ha generado un proceso muy
complicado tanto para el chico como para quienes trabajan con él, ya que ha producido
movimientos complejos que nos
obligan a cuestionar nuestras propias actuaciones y modos de trabajo.
Ahora bien, cuando se presentan casos de estas características, donde
existe una gran angustia que va acompañada a crisis violentas de los chicos.
¿Qué es lo que logra delimitar la angustia? ¿Es la propia institución, en sí
misma, en términos de organización o las personas que la forman?
Esta institución, nace como un lugar educativo para todos sus pacientes,
en tanto entrega una particular y constante rutina y marco de intervención que
sostiene, apoya y estructura la psiquis de los pacientes. Esto se lleva a cabo
por medio de una estabilidad, tanto de los horarios de trabajo como de las personas que conforman los equipos y
que por lo tanto se transforman en referentes para cada uno de los pacientes.
En este sentido me pregunto, ¿La estructura misma de la institución, en términos de
rutina, organización de espacio e intervenciones, es la que genera efectos del
orden terapéutico y educativo en los chicos? Quizás la estructura y
organización de la institución; horarios establecidos, rutinas, actividades
específicas; genera un cambio en
los chicos. Entonces, ¿Lo terapéutico y educativo se consigue por el propio
dispositivo institucional al margen de los profesionales que la componen? La
institución dota de estructura, límites y un encuadre particular desde
donde los pacientes pueden moverse, ¿Es eso lo que les permite desarrollarse y
estructurarse psíquicamente? Ahora bien, pensando en la angustia y en el
espacio necesario para que esta se exprese y regule, ¿Cuál es el aporte de los
profesionales?
La institución posee un gran número de educadores, que aunque sea verdad
que existe un movimiento en cuánto a rotación de personal, muchos de ellos se constituyen
como figuras estables y referentes para los pacientes. ¿Habrá un trabajo en términos de vínculo
y relación que llevan a cabo y que posea influencia en los chicos?
Creo que es muy difícil separar, la organización y las personas,
del trabajo que se realiza, ya que ¿Cómo podemos pensar a una
institución sin las personas que la conforman? Personas que desde sus propias particularidades
y subjetividades, confluyen y desarrollan trabajos y dinámicas grupales y
particulares que dotan de un sello que diferencia el trabajo de las
instituciones.
Por último, considero que todo ejercicio de
reflexionar y de preguntarse sobre el trabajo que llevamos a cabo, permite que no sólo los chicos y los profesionales
que trabajan nos movilicemos, sino
también la institución. Ningún trabajo de estas características se encuentra
acabado ni posee pautas determinadas e inflexibles de actuación, todo debe
estar dispuesto a ser re-analizado y pensado.
En este sentido, las problemáticas y dificultades que nos presentan este
tipo de pacientes como otros, nos obligan constantemente a preguntarnos y
evaluar nuestro trabajo y las capacidades de la institución. Es por esto que
considero que este tipo de situaciones hace que la institución se transforme en
un lugar vivo y con movimiento. Quizás este es un aspecto positivo que nos entregan los pacientes, al
ponernos en situaciones que cuestionan nuestro trabajo y el de la institución.
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